lunes, 25 de junio de 2012

¿Qué realidades condicionan la gestión de un colectivo de pares en situación de aprendizaje? -Entrega 2/8-


Por Victoria Barturen*

En la primera entrega vimos a qué estamos sujetos en la posmodernidad en la que vivimos: bombardeos publicitarios, velocidad y liquidez, debilitación de los vínculos humanos, universalización de las identidades y dificultad para relacionarnos con los otros de manera directa, alejamiento de los otros para abocarnos a nuestros gadgets. Veamos qué es lo que nos propone Cristina Corea al respecto.

El encuentro con el otro


“Al toparse con el Otro, la gente tuvo, pues, tres alternativas: hacer la guerra, construir un muro a su alrededor o entablar un diálogo.”
Ryszard Kapuscinski.


De ese muro nos habla Cristina Corea cuando apela a la analogía de la película “La era del hielo”. El personaje de la ardilla nunca establece vínculo alguno: sólo corre tras la bellota. En otras palabras, se aleja a gozar a solas con su objeto de consumo. La semióloga nos coloca en una encrucijada: O decidimos armar nuestra propia manada, o nos extinguimos. Nos invita a despertarnos del embelesamiento que produce la ilusión de un estado de plenitud, de despertar y salir del letargo, producto de la inconsciencia y el desinterés, a encontrarnos con el otro.
El conflicto yace en no querer asumir la dificultad que significa encontrarse realmente con los otros, en ser diferente a lo que preferiríamos, en abrirse con honestidad, replegarse para ceder espacio al otro, en hasta callar lo propio. Sin embargo si no lo hacemos, nos enfermamos, nos extinguimos, y si no lo fomentamos en los alumnos, no estaremos involucrándonos verdaderamente en lo que inevitablemente nos implica.
Es importante analizar la sociedad en la que estamos inmersos desde las relaciones que se establecen en ella, cada sujeto del colectivo de aprendizaje y el colectivo en su conjunto.


*Victoria Barturen es alumna del 3er año del Profesorado de Música de Collegium

miércoles, 20 de junio de 2012

¿Qué realidades condicionan la gestión de un colectivo de pares en situación de aprendizaje? -entrega 1/8-


En esta oportunidad, y luego de mucho tiempo sin publicar, les traemos un artículo producido por una alumna del 3er año del Profesorado de Música, Victoria Barturen. Encontrarán a lo largo de las ocho entregas no sólo un texto sugerente, por momentos provocador, sino también una mirada sagaz y actualizada sobre la realidad de nuestras aulas. Y me atrevo a decir "nuestras aulas" así, despojadas de tiempo y espacio: el aula de la aldea global.

En Psicología y Educación, materia del 3er año del Profesorado de Música de Collegium CEIM nos fue propuesto responder a este interrogante.
Intenté que mi ensayo se tratase de la exposición clara de ideas más que de descripciones fatigosas, ya que confío en el poder de las ideas, en su capacidad de impregnar curiosidades.
En 8 breves entregas estas ideas se irán abriendo como interpretaciones de contextos o realidades, no sin dar lugar a otras que puedan sugerir tanto herramientas como posibles soluciones.
Se ha evitado deliberadamente documentar las citas, puesto que este texto no pretende ser compartido con fines académicos sino como testimonio reflexivo de quienes hoy nos estamos preparando para la misión de ser orientadores de futuros aprendizajes.

Aquellos compañeros y docentes que deseen ampliar su contacto con lo que cada una de estas 8 entregas reflejan, quedan cordialmente invitados a encontrarse con nosotros los martes de 18:20 a 20:30 en el aula MM8.


Caminando sobre el agua


"Aquellos que tienen la oportunidad de dedicar sus vidas al estudio del mundo social, no pueden permanecer neutrales e indiferentes, en frente de las luchas que tendrá que afrontar el mundo en el futuro".
Pierre Bourdieu.

  
Podemos partir de las realidades que nos interpelan a todos como sociedad. Esto, por supuesto, incluye a cada uno de los protagonistas que forman parte en forma más o menos directa de dicho colectivo.

Zygmunt Bauman elige oportunamente una cita del poeta, escritor y ensayista francés Paul Valéry en su prólogo disertante acerca de la Modernidad Líquida: ¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?
Bauman nos hace un hábil recuento histórico acerca de cómo los “sólidos” (aquellos a los que Alain Ehrenberg –sociólogo francés- denomina como toda identidad que pudiera proceder de ese mundo externo que antes nos estructuraba pero que ya no lo hace), esos códigos y conductas que podrían elegirse como puntos de orientación estables, han sido sometidos a la disolución y, con ellos, los vínculos entre las elecciones individuales y los proyectos y acciones colectivas.
El sociólogo alemán Ulrich Beck habla de categorías zombis y de instituciones zombis, que están muertas y todavía vivas. La Licenciada en Ciencias de la Educación, Silvia Duschatzky, en una entrevista a Página 12 en el año 2007, reza convenientemente: Tal vez exagero, pero diría que de la escuela tal como la conocimos hace unas décadas hoy sólo quedan espectros. Hay restos de escuela: lugares donde van pibes y pibas que se nombran como alumnos, otras personas que se llaman docentes, y en algunos casos funcionan situaciones de aprendizaje.
En su texto, Bauman cita la archimetáfora de Michel Foucault acerca del panóptico y el poder moderno, nos explica que la sociedad actual es pospanóptica porque los amos son invisibles (ausentes), que las guerras ya no se tratan de dominar territorio, sino que predominan los ataque aéreos del desentendimiento (casos de la Guerra del Golfo y la de Yugoslavia). Toma la palabra de Jim MacLaughlin y adhiere la idea de nómades contra establecidos, nos menciona a Rockefeller y a Bill Gates para asegurarse de que entendamos que los poderosos de hoy celebran lo efímero, mientras que los demás intentan aferrarse lo más posible a sus posesiones materiales.
La idea que creo debe despertarnos este texto es que estas son las nuevas técnicas del poder, técnicas que emplean instrumentos de descompromiso, invisibilidad y huida. El factor dominante y, a su vez, aglutinante, es el dinero, su majestad el Señor Mercado, el capitalismo imperante; y la fragilidad, la transitoriedad, la precariedad de los vínculos y redes humanos son las que permiten que esos poderes puedan actuar.
Antes existía una red de instituciones del Estado-nación, cada institución se apoyaba sobre las otras: la escuela sobre las marcas familiares, la fábrica sobre las marcas escolares. A su vez, el Estado-nación dependía de la red de instituciones que se apoyaban en él. Las proveía de leyes, de sentido, de consistencia integral.
En el tiempo de la fluidez, del saber destituido por un constante cambio radical de las condiciones y sobre todo por la disolución de los contextos estables de la experiencia, la opinión se encuentra antes que la reflexión. En las generaciones más jóvenes hay una tendencia a reflejarse en identidades más fragmentarias y volátiles, con compromisos más parciales, en la cultura del yo y en los consumos culturales.


"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar porquerías que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida."
Tyler Durden en “Fight Club”


Jacques-Alain Miller, fundador de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y psicoanalista lacaniano francés, habla de desorientación, de un contexto en que el hombre hipermoderno, librado a la vulnerabilidad de los lazos sociales, se encuentra desprotegido, a merced de su mundo pulsional. El malestar no puede ser expresado y para ser falsamente aliviado, se recurre a drogas que producen temporales sensaciones de bienestar.
La cita del filósofo austríaco-británico Ludwig Wittgenstein es más que apropiada: Lo que no se puede decir, no se puede pensar. Quien no tiene cómo pensar qué le pasa, se devalúa en cosa, en consumidor y objeto de consumo. Es esta precariedad de los vínculos humanos, esta transferencia del contacto interpersonal directo (cara a cara) a la vorágine del mundo mediático, este consumismo mecánico, adictivo y alienante, donde el negocio de la industria farmacéutica tiene vía libre.
En este contexto aparece el Metilfenidato, la droga para tratar casos de Déficit de Atención con o sin Hiper Actividad. En muchos casos se conoce que tal diagnóstico se trata más de un capricho de la costumbre de algunos consultorios en los que poco se indaga por qué tantos alumnos no pueden prestar atención, si no se deberá tal vez a la sobre-estimulación a la que son expuestos diariamente frente al televisor o los videojuegos. Como docentes y futuros docentes, se me ocurre, ¿no deberíamos preguntarnos adónde se dirige su atención?, ¿analizar de qué manera podemos dirigirla a los contenidos que intentamos abordar? ¿No deberíamos notar que es evidente que un pizarrón es poco atractivo en comparación con la cantidad de luces, sonidos e imágenes por minuto que reciben tantos alumnos, antes de juzgarlos apresuradamente de desinteresados o incapaces? ¿No es acaso el predominio de la percepción ante la conciencia, moneda corriente? ¿No será que falta, entre el instante de ver y el momento de decidir, el tiempo para comprender?
Estamos ante un bombardeo de publicidad que nos mantiene siempre deseantes, que nos condena al alejamiento de los otros para gozar a solas con nuestros objetos de consumo, que nos universaliza y a su vez nos despoja de la vinculación con el otro.