En esta oportunidad, y luego de mucho tiempo sin publicar, les traemos un artículo producido por una alumna del 3er año del Profesorado de Música, Victoria Barturen. Encontrarán a lo largo de las ocho entregas no sólo un texto sugerente, por momentos provocador, sino también una mirada sagaz y actualizada sobre la realidad de nuestras aulas. Y me atrevo a decir "nuestras aulas" así, despojadas de tiempo y espacio: el aula de la aldea global.
En Psicología y Educación, materia del
3er año del Profesorado de Música de Collegium CEIM nos fue propuesto responder
a este interrogante.
Intenté que mi ensayo se tratase de la exposición clara
de ideas más que de descripciones fatigosas, ya que confío en el poder de las
ideas, en su capacidad de impregnar curiosidades.
En 8 breves entregas estas ideas se irán
abriendo como interpretaciones de contextos o realidades, no sin dar lugar a
otras que puedan sugerir tanto herramientas como posibles soluciones.
Se ha evitado deliberadamente documentar las citas,
puesto que este texto no pretende ser compartido con fines académicos sino como
testimonio reflexivo de quienes hoy nos estamos preparando para la misión de
ser orientadores de futuros aprendizajes.
Aquellos compañeros y docentes que deseen ampliar su
contacto con lo que cada una de estas 8 entregas reflejan, quedan cordialmente
invitados a encontrarse con nosotros los martes de 18:20 a 20:30 en el aula
MM8.
Caminando sobre el agua
"Aquellos que tienen la oportunidad de
dedicar sus vidas al estudio del mundo social, no pueden permanecer neutrales e
indiferentes, en frente de las luchas que tendrá que afrontar el mundo en el
futuro".
Pierre Bourdieu.
Podemos partir de las realidades que nos
interpelan a todos como sociedad. Esto, por supuesto, incluye a cada uno de los
protagonistas que forman parte en forma más o menos directa de dicho colectivo.
Zygmunt Bauman elige oportunamente una cita
del poeta, escritor y ensayista francés Paul Valéry en su prólogo disertante
acerca de la Modernidad Líquida: ¿la
mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?
Bauman nos hace un hábil recuento histórico
acerca de cómo los “sólidos” (aquellos a los que Alain Ehrenberg –sociólogo
francés- denomina como toda identidad que
pudiera proceder de ese mundo externo que antes nos estructuraba pero que ya no
lo hace), esos códigos y conductas que podrían elegirse como puntos de
orientación estables, han sido sometidos a la disolución y, con ellos, los
vínculos entre las elecciones individuales y los proyectos y acciones
colectivas.
El sociólogo alemán Ulrich Beck habla de categorías zombis y de instituciones zombis, que están muertas y todavía vivas. La
Licenciada en Ciencias de la Educación, Silvia Duschatzky, en una entrevista a
Página 12 en el año 2007, reza convenientemente: Tal vez exagero, pero diría que de la escuela tal como la conocimos
hace unas décadas hoy sólo quedan espectros. Hay restos de escuela: lugares
donde van pibes y pibas que se nombran como alumnos, otras personas que se
llaman docentes, y en algunos casos funcionan situaciones de aprendizaje.
En su texto, Bauman cita la archimetáfora de
Michel Foucault acerca del panóptico y el poder moderno, nos explica que la
sociedad actual es pospanóptica porque los amos son invisibles (ausentes), que
las guerras ya no se tratan de dominar territorio, sino que predominan los
ataque aéreos del desentendimiento (casos de la Guerra del Golfo y la de
Yugoslavia). Toma la palabra de Jim MacLaughlin y adhiere la idea de nómades
contra establecidos, nos menciona a Rockefeller y a Bill Gates para asegurarse
de que entendamos que los poderosos de hoy celebran lo efímero, mientras que
los demás intentan aferrarse lo más posible a sus posesiones materiales.
La idea que creo debe despertarnos este texto
es que estas son las nuevas técnicas del poder, técnicas que emplean
instrumentos de descompromiso, invisibilidad y huida. El factor dominante y, a
su vez, aglutinante, es el dinero, su majestad el Señor Mercado, el capitalismo
imperante; y la fragilidad, la transitoriedad, la precariedad de los vínculos y
redes humanos son las que permiten que esos poderes puedan actuar.
Antes existía una red de instituciones del
Estado-nación, cada institución se apoyaba sobre las otras: la escuela sobre
las marcas familiares, la fábrica sobre las marcas escolares. A su vez, el
Estado-nación dependía de la red de instituciones que se apoyaban en él. Las
proveía de leyes, de sentido, de consistencia integral.
En el tiempo de la fluidez, del saber
destituido por un constante cambio radical de las condiciones y sobre todo por
la disolución de los contextos estables de la experiencia, la opinión se
encuentra antes que la reflexión. En las generaciones más jóvenes hay una
tendencia a reflejarse en identidades más fragmentarias y volátiles, con compromisos
más parciales, en la cultura del yo y en los consumos culturales.
"La
publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para
comprar porquerías que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia,
desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una
depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es
nuestra vida."
Tyler Durden en “Fight Club”
Jacques-Alain Miller, fundador de la
Asociación Mundial de Psicoanálisis y psicoanalista lacaniano francés, habla de
desorientación, de un contexto en que el hombre hipermoderno, librado a la
vulnerabilidad de los lazos sociales, se encuentra desprotegido, a merced de su
mundo pulsional. El malestar no puede ser expresado y para ser falsamente
aliviado, se recurre a drogas que producen temporales sensaciones de bienestar.
La cita del filósofo austríaco-británico
Ludwig Wittgenstein es más que apropiada: Lo
que no se puede decir, no se puede pensar. Quien no tiene cómo pensar qué
le pasa, se devalúa en cosa, en consumidor y objeto de consumo. Es esta
precariedad de los vínculos humanos, esta transferencia del contacto
interpersonal directo (cara a cara) a la vorágine del mundo mediático, este consumismo mecánico, adictivo y alienante, donde
el negocio de la industria farmacéutica tiene vía libre.
En este contexto aparece el Metilfenidato, la
droga para tratar casos de Déficit de Atención con o sin Hiper Actividad. En
muchos casos se conoce que tal diagnóstico se trata más de un capricho de la
costumbre de algunos consultorios en los que poco se indaga por qué tantos
alumnos no pueden prestar atención, si no se deberá tal vez a la
sobre-estimulación a la que son expuestos diariamente frente al televisor o los
videojuegos. Como docentes y futuros docentes, se me ocurre, ¿no deberíamos
preguntarnos adónde se dirige su atención?, ¿analizar de qué manera podemos
dirigirla a los contenidos que intentamos abordar? ¿No deberíamos notar que es
evidente que un pizarrón es poco atractivo en comparación con la cantidad de
luces, sonidos e imágenes por minuto que reciben tantos alumnos, antes de
juzgarlos apresuradamente de desinteresados o incapaces? ¿No es acaso el
predominio de la percepción ante la conciencia, moneda corriente? ¿No será que
falta, entre el instante de ver y el momento de decidir, el tiempo para
comprender?
Estamos ante un bombardeo de publicidad que
nos mantiene siempre deseantes, que nos condena al alejamiento de los otros
para gozar a solas con nuestros objetos de consumo, que nos universaliza y a su
vez nos despoja de la vinculación con el otro.