miércoles, 31 de mayo de 2017

Narrativa poética

Gabriela Gutiérrez - Franco Italiano

Nos encaminamos hacia nuestro destino
lo encontramos, encontramos la puerta
escuchamos desde afuera lo divertido
decidimos entrar a ver lo ocurrido.
Cruzamos la entrada y nos esperan sorpresas
bailes, música, juegos y jóvenes sonriendo
un lugar donde no parece correr el tiempo
pero van los sueños corriendo.
Que es este lugar? nos preguntamos
donde parece ver cálida amabilidad
sin importar quien sos?, qué buscas?
lo único que tenes que saber
es que acá sos un amigo más.
Esta es la academia de arte
un lugar donde la expresión
se practica sin preocupación
y se aprende cada vez más
de cómo sentir de verdad
nuestro alrededor.
Es el lugar donde uno viene aprender
como hay que desprender
todo lo que de afuera hace mal
para poder ver el mensaje que nos enseña
El ASA de cómo hay que amar.

Güemes Retumba


José Pereyra – Marco Olariaga – Nicolás Asinari – Agustín Villarroel – Franco Castro – Fernando Barrionuevo

En el barrio Güemes entre Arturo M. Bas y Arias de Cabrera, en esa esquina en plena calle, entre un terreno baldío, una obra en construcción, edificios de departamentos y casas del barrio, se escuchan desde hace casi 10 años sonar los tambores.
Se trata la Comparsa Tucumpa.
Tucumpa nació con la idea mantener viva la tradición del candombe afro uruguaya, a partir del ensamble de los tambores típicos de Uruguay de los Barrios del sur de Montevideo.
La comparsa es un ritual que convoca todos los miércoles a las 21:00 aproximadamente. Se dá inicio cuando arde el fuego en la vereda para la templanza de los tambores. Estos se acercan al fuego para que el cuero se estire y seque la humedad.
La gente poco a poco se acerca… ya es un habitué ir a compartir charlas, un mate, la caminata nocturna. Se aprecia un ambiente distendido, cálido, poblado de estudiantes, artistas, familia, al que todos llegan para compartir el momento.
Una vez templados los tambores, se comienza a tocar el ritmo netamente candombero. Tocan alrededor de 5 minutos y vuelven a templar los tambores , de esa manera el cuero se estira correctamente para un mejor sonido.
Finalizada la etapa de templado, calientan las calles con sus ritmos ancestrales. Se disfruta ver cómo la gente baila, marcha al pulso, pierde la timidez como “embrujados” por el ritmo que los mueve.
Podemos ver en escena 10 o 12 tambores de diferente tamaño, por ende de diferente sonidos, que constituyen la formación musical del candombe. Los tambores marchan adelante y todos los siguen a modo de procesión, paso a paso, por las calles del barrio Güemes, desembocando en el conocido “Paseo de las Artes” (Achával Rodriguez y Marcelo T de alvear) donde, entre abrazos y festejos, celebran el encuentro.
Así damos a conocer este interesante movimiento cultural y hacemos una invitación abierta a que reconozcan este espacio musical que se mantiene a pulmón y paso a paso a pocas cuadras del microcentro cordobés.
La comparsa sigue tocando, la gente bailando y el fuego ardiendo, Güemes sigue retumbando…

Nos colgamos con “Los Colgados de la Luna”



Nos “colgamos” con una de las expresiones artísticas más lindas y expresivas como es “la murga”.
Somos dos alumnas del Profesorado de Música de Collegium. Iniciamos nuestra formación docente haciendo prácticas en terreno y nosotras elegimos hacerlas en: Los Colgados de la Luna; una murga con ritmo y estilo porteño de barrio General Paz.
- Acá comienza nuestro relato…
Ellos suenan con instrumentos que se alternar entre la parte percutiva, bombo con platillo, con la incorporación de instrumentos de cuerda. Su vestimenta es sumamente colorida y llamativa al igual que su danza, muy alegre y festiva.
- Saben por qué?...
Según cuenta una vieja leyenda urbana, sus movimientos al danzar fueron representados por los descendientes afroamericanos e imitados por otras culturas, como los criollos .En las primeras presentaciones murgueras se acostumbraba a pintarse la cara para representar a esas personas descendientes de lo afro que crearon la danza, con el conocido “salto” (representación de la liberación), al igual que el temblequeo característico murguero.
- Nosotras aprendimos que…
Una murga es rica no sólo en su historia y representación, sino también en la creación de un sentimiento de pertenencia, valoración y trabajo grupal. Ayuda al desarrollo de cada uno y a la comunión de esas subjetividades.
Como toda actividad artística, se enriquece con saberes, lenguajes y expresiones en este caso musicales, teatrales y de danza. Creación colectiva que también se enriquece de la espiritualidad de cada uno.
- Lo que pudimos ver en esta gran comunidad…
Un espacio conformado por personas de diversas edades y género, en el que se respetan las ideologías y diferencias de cada uno, sin exclusiones de ningún tipo sino creando un lugar abierto e inclusivo.
Hay un gran espíritu grupal, con ganas de expresarse, con ganas de que todos veamos lo que ellos vienen a mostrar.
Los Colgados de la Luna, están esperando que dejemos de lado un rato la rutina y nos sentemos a escucharlos, cantar y también bailar con ellos.
- Así nos despedimos…
Colgadas con su alegría y su buena energía tan contagiosa que desconecta de lo cotidiano.
Gracias murgueros por recibirnos sin siquiera haber tenido que pedirles permiso!

Un camino

Yamila Echegaray - Lucila Livadioti - Dante Adamik

Cuando la profe nos propuso hacer nuestra práctica, nos interesamos particularmente por la “enseñanza musical en educación especial”.
Inmediatamente, conseguimos un Centro de Día llamado “Un Camino”.
Al principio, no sabíamos que nos esperaba…comenzaba una nueva experiencia.
Un Camino es una asociación civil sin fines de lucro que a la mañana funciona como Centro de Día y por la tarde como Centro de Salud. El nombre nace con sus fundadoras que veían a la asociación como una alternativa, un camino educativo y terapéutico para el desarrollo de niños, jóvenes y adultos, en donde el aprendizaje en la interacción social tiene un rol fundamental.
Originalmente el trabajo se orientó hacia “Talleres de Expresión”, que permitieran ejercitar algunas habilidades y capacidades. Hoy en día, Un Camino se construye como un espacio de creación colectiva desde distintas aéreas, con el propósito de que todos los presentes puedan transferir logros y aprendizajes en las actividades grupales.
Nosotros como grupo llegamos para observar y ahora nos sentimos partícipes del taller de percusión. Fuimos recibidos amable y generosamente por todos, profes y concurrentes. Aprendimos la importancia del trabajo en grupo y del abordaje inter disciplinario que hacen los profes en los talleres. Nos llamó la atención la manera en que se puede construir una propuesta educativa para acompañar las capacidades diferentes. Entramos al espacio de percusión y en este confluían (con modalidad trans-disciplinaria) dos profes de música, un ayudante terapéutico, una fonoaudióloga, entre otros profesionales. Ellos se apropian de sus prácticas, las piensan, las viven juntos y las comparten.
Los jóvenes/adultos hacen música, aprendiendo los ritmos y las melodías. Ellos y ellas son los protagonistas, tocan y bailan con mucha alegría.
Así nosotros, nos sentimos muy queridos por ellos, que a veces nos cuentan algo, nos piden ayuda o nos hacen alguna pregunta. Y esta relación que se abrió hace unos meses, hoy es en nosotros experiencia, transformación.
Nos pareció hermosa la manera en que trabajan en el Centro de Día, un proyecto que es de todos y en el que están siempre dispuestos a acompañar, acogiendo con calidez y seriedad a todos los niños, jóvenes y adultos reconocidos en sus derechos y confiando en sus capacidades.

Seguir Cantando


Octavio Calderon - Juan Giri - Belén Monti - Federico Acevedo



Te lo cuento así:
Anoche te quedaste viendo una película de ficción, de esas en el que el personaje regresa en el tiempo. Terminaste, te acostaste a dormir y escuchaste música de afuera. Hasta ahí todo normal. Hoy te levantaste y saliste a la calle con el fin de siempre, pero cambiaste el rumbo. Venías por Cañada y en lugar de seguir, doblaste por Lavalleja. Y ahí, exactamente al 65, viste entrar a un grupo de gente mayor. Sin darte cuenta, de pronto estabas mirando el marco de bronce de la entrada, tratando de deducir a qué concurría esa gente.
¿Qué fue lo primero que pensaste? En la película de anoche. Fantaseaste con esos abuelos volviendo en el tiempo y te decidiste a entrar.
-Este es el coro seguir cantando.- Te dijo una voz potente y dulce, escondiendo una sonrisa detrás de un par de lentes aéreos. Volviste la vista y para tu sorpresa viste a una mujer joven, vestida de manera informal, parada en el centro del salón.
En ambos laterales, mujeres de pié. Algunas conversando, otras observándote de manera casi maternal. De frente a vos y de pié, erguidos, casi como quien se jacta de su cuerpo esbelto y firme, una serie de hombres, también sonrientes y charlatanes.
Inclinaste la cabeza como saludando respetuosamente, y poco a poco te fuiste olvidando de la postura que tenías, qué pensabas o adónde ibas.
Ellos ya habían movido sus cabezas lentamente, controlado su respiración. Habían hecho lo que aquella joven mujer les había indicado... “Calentamiento” o “vocalización”. ¿Importa el término? Vos no estás ahí por eso. Te cautivó la forma en la que se expresaban y se reían, se hablaban y respetaban. Y como si eso no alcanzara para transportarte a otro lugar, también cantaron. Con pasión, con sentimiento. Ponían el alma en cada verso. Se equivocaban, se corregían y volvían a entregar el alma, a compartirla.
Ellos aprendían y vos aprendiste también que no te las sabes a todas, que te queda un montón de viaje por delante.
Terminaron de cantar y ya con las almas compartidas y hechas una sola, recordaron a otros que no estaban. Los traían con anécdotas. Casi que pudiste verlos en esos recuerdos. Casi, casi que los extrañaste. Pensaste en tus viejos, tus abuelos y tu infancia.
Te agradecieron por estar ahí, te invitaron a volver el próximo miércoles a las 15:30 para que te animes a cantar y a sumarte a ese colectivo de almas.
Sonreíste, volviste a inclinar la cabeza con el mismo respeto, pero ahora a manera de despido. Volviste a sonreír y te fuiste sabiendo que tenías cita obligada para la próxima semana, para volver a ver y escuchar a Alejandra, a Chiche, a Armonía y a todos.
¿Viste? Al final no te equivocabas, como en la película de anoche, ellos volvieron atrás en el tiempo.

Cada vez más cerca

Matías González - Ismael López - Cristian Tirri



Entre vientos y montañas de nuestras sierras cordobesas existe una pequeña fábrica de sueños.




Así comienza nuestra historia posicionándonos como futuros profesores de música…

Este rincón musical que encontramos, nos dió entrada a un nuevo mundo en el cual intentaremos proyectarnos y presentarles ahora a ustedes.
18/08/16 fue nuestra primera visita al Taller Musical Bambinos de la Calera… 
Nos encontrábamos subiéndonos a un colectivo pensando acerca de qué nos esperaría al llegar a este lugar. Nervios e intrigas eran nuestros acompañantes, ahora estábamos siendo nosotros quienes emprendíamos un nuevo camino, un camino acompañado de grandes personas que nos apoyan día a día. 
En nuestra primer visita conocimos alumnos de distintas edades y con diversas capacidades que luego nos fueron sorprendiendo clase a clase. Y de una cierta incomodidad en las observaciones fuimos trazando recorridos que fortalecieron vínculos favorables entre todos.
Estar allí, escucharlos, conversar con ellos nos hizo darnos cuenta de algo muy importante. Algo nos identificó directamente con los alumnos, nos veíamos reflejados en ellos, en esa infancia que nos abrazaba en nuestra propia niñez… 
Casi como el reflejo de nuestro espejo, veíamos a esos niños expresándose libremente a través de sus canciones y en una imagen especular nos proyectábamos en el lugar de esos docentes propiciando ese espacio. 
El trabajo de hacer y construir una mirada etnográfica pasó a ser parte nuestra. Nos encontrábamos trabajando con este pequeño grupo con unas ganas inexplicables y el afecto y el gran salto de confianza, hizo que pudiéramos comprometernos e involucrarnos con la tarea que en este primer año de nuestra formación se nos solicitó.
Esta práctica nos permitió orientarnos, comprender, elegir, y por sobre todas las cosas disfrutar de los momentos. A partir de esto nos empezó a generar un amor por dentro que nos está motivando a seguir con esta carrera.
Las posibilidades de enseñar haciendo, de transmitir y compartir pasión no te las puede quitar nadie, por eso nosotros tomamos con mucha importancia esta idea y vinimos hoy a compartirla con ustedes.