Por Victoria Barturen*
En la primera entrega vimos
a qué estamos sujetos en la posmodernidad en la que vivimos: bombardeos
publicitarios, velocidad y liquidez, debilitación de los vínculos humanos,
universalización de las identidades y dificultad para relacionarnos con los otros
de manera directa, alejamiento de los otros para abocarnos a nuestros gadgets.
Veamos qué es lo que nos propone Cristina Corea al respecto.
El
encuentro con el otro
“Al toparse
con el Otro, la gente tuvo, pues, tres alternativas: hacer la guerra, construir
un muro a su alrededor o entablar un diálogo.”
Ryszard Kapuscinski.
De
ese muro nos habla Cristina Corea cuando apela a la analogía de la película “La
era del hielo”. El personaje de la ardilla nunca establece vínculo alguno: sólo
corre tras la bellota. En otras palabras, se aleja a gozar a solas con su
objeto de consumo. La semióloga nos coloca en una encrucijada: O decidimos armar nuestra propia manada, o
nos extinguimos. Nos invita a despertarnos del embelesamiento que produce
la ilusión de un estado de plenitud, de despertar y salir del letargo, producto
de la inconsciencia y el desinterés, a encontrarnos con el otro.
El
conflicto yace en no querer asumir la dificultad que significa encontrarse
realmente con los otros, en ser diferente a lo que preferiríamos, en abrirse
con honestidad, replegarse para ceder espacio al otro, en hasta callar lo
propio. Sin embargo si no lo hacemos, nos enfermamos, nos extinguimos, y si no
lo fomentamos en los alumnos, no estaremos involucrándonos verdaderamente en lo
que inevitablemente nos implica.
Es
importante analizar la sociedad en la que estamos inmersos desde las relaciones
que se establecen en ella, cada sujeto del colectivo de aprendizaje y el
colectivo en su conjunto.
*Victoria Barturen es alumna del 3er año del Profesorado de Música de Collegium
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