sábado, 21 de julio de 2012

¿Qué realidades condicionan la gestión de un colectivo de pares en situación de aprendizaje? -entrega 4/8-

por Victoria Barturen*


Después de ver qué pasa con la posmodernidad, el mercado, la liquidez, la propuesta de encontrarnos con los otros y los procesos de etiquetamiento, en esta entrega nos acercaremos a la realidad latinoamericana, compartiendo algunas ideas sobre la educación en nuestro contexto.

Errancia y compromiso


“Estamos convencidos de que el momento histórico de América latina exige de sus profesionales una seria reflexión sobre su realidad, que se transforma rápidamente, de la cual resulte su inserción en ella. Inserción que, siendo crítica, es compromiso verdadero. Compromiso con los destinos del país. Compromiso con su pueblo. Con el hombre concreto. Compromiso con el ser más de este hombre."
Paulo Freire.

Latinoamérica ha sufrido las órdenes de los poderosos, genocidios y golpes de estado en servicio de la agenda de los imperios que regulan el mundo, corrupción, narcotráfico. Hoy se están abriendo nuevos desafíos en pos de la independencia de ciertas condiciones opresoras. Estos nuevos desafíos incluyen el derecho radical a la educación, educación de calidad para todos, no un privilegio para pocos.
La educación pública debe ser inclusora, actualmente hay más niños y niñas en el sistema escolar, pero también hay más niños y niñas excluidos de la sociedad.
Vivimos un tiempo en que las instituciones propias de la posmodernidad, como la Escuela y el mismo Estado Nación parecen haber perdido -o al menos menguado- su capacidad de instituir, de crear subjetividad. Quedan espectros, restos de escuela.
En la introducción de “Escuela y comunidad. Desafíos para la inclusión educativa.” del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, se comenta que las escuelas que trabajan en contextos de pobreza, enfrentan serias problemáticas para desarrollar una enseñanza de calidad. Una de sus consecuencias es la cristalización de trayectorias educativas signadas por la discontinuidad, escasos aprendizajes y abandono educativo.
Duschatzky se apoya en relatos y diálogos para mostrarnos a estos alumnos: vidas que se construyen y reconstruyen en escenarios de devastación y que de maneras insospechadas habitan las instituciones educativas, las cuales abandonan o de las cuales son expulsados. Estas vidas, empujadas por la lógica expulsiva del capitalismo actual y por el arrastre de coyunturas locales, no reconocen una pobreza tan sólo material, sino un estado de intemperie respecto a resortes básicos de existencia social. Para esta investigadora, no es un hilo identitario lo que los agrupa, sino el hecho de encontrarse arrojados a sus propias fuerzas de supervivencia.
Las experiencias locales y nacionales que puedan relacionar calidad e igualdad, tienen que ser fortalecidas.
No podemos desentendernos, como futuros docentes, de las necesidades de las escuelas en nuestros barrios, localidades, provincias.
Privilegiemos una educación que se emancipe de las políticas efímeras y pasajeras, que revierta las dinámicas de exclusión, que sea de calidad y para todos, realmente democrática. El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.[1]




* Victoria Barturen es alumna del 3er año del Profesorado de Música.

No hay comentarios:

Publicar un comentario